Aunque es joven, el enólogo Diego Morales acumula valorables experiencias en su vida profesional que se ha concentrado en el conocimiento de la producción de vinos con identidad y respeto al origen, y ahora se vuelca totalmente a desarrollar Piedra Nativa, un proyecto familiar junto a su esposa Adelaida Tapia e hijas en los campos de la zona de Cauquenes, en el sur de la región del Maule.
Morales ya trabajó junto a los franceses de Clos des Fous, es fundador y socio de Bisogno Wines y su reconocida línea El Perla, realizó por varios años asesorías enológicas directas junto a pequeños viñateros de la provincia de Cauquenes, en el marco de un proyecto llevado a cabo por el INIA, y ha acumulado una invalorable experiencia y conocimiento de las características singulares de los terruños del secano interior maulino, y ahora se concentra en el desarrollo de Piedra Nativa, un proyecto de agricultura familiar que tiene como locomotora la producción de vinos naturales que también incluye la producción de hongos o callampas, hortalizas orgánicas, vinagre, legumbres, miel, entre otros productos del campo.
Desde 2017 que Morales y su esposa iniciaron la recuperación de los antiguos viñedos de cepa País del campo que adquirieron y hasta donde se trasladaron junto a sus tres hijas para residir en la localidad de Piedra Nativa – Tequel, a 20 kilómetros de Cauquenes.
Los planes de Diego y su esposa Adelaida son desarrollar en Piedra Nativa una parcela de agricultura familiar sustentable de productos naturales, donde se involucren sus hijas y también considerar la complementación y ayuda entre los productores campesinos vecinos de Tequel y alrededores
Por un lado, Diego lleva casi diez años radicado en Cauquenes y recorriendo los campos de la zona, mientras que su esposa Adelaida es nacida y criada en Cauquenes, donde su familia siempre estuvo vinculada al campo, con varias propiedades que mantienen hasta el día de hoy y donde ella fue creciendo y conociendo en primera mano lo que es la vida en el campo. Ese apego de toda la vida a la tierra ahora lo verterá con fuerza y junto a sus propias hijas y marido en este proyecto Piedra Nativa, buscando valorar la vida campesina, el vínculo a la tierra, sus costumbres y formas de cultivar y cosechar, de producir y preparar alimentos, en fin, el propio vivir en el campo que hay que destacar y enaltecer, nos dijo Adelaida, que además destacó la importancia de transmitir el origen a través de los productos naturales.
Este proyecto ya en desarrollo del enólogo Morales, su esposa Adelaida, de profesión profesora, y sus tres hijas, lo entienden como un modo de vida, una prueba de que se puede vivir de la agricultura sustentable y en pequeña escala, donde se valora el apego y el conocimiento de la tierra, el territorio, el terruño, donde todos los moradores forman parte del mismo entorno, principios y valores que aseguran hay que transmitir y educar.
Además de producir vinos y alimentos naturales, con la mínima intervención, en un entorno de agricultura sustentable, es importante que tomemos conciencia acerca de la soberanía alimentaria, donde destacan la importancia del autosustento y el conocimiento, cuya importancia esta pandemia que estamos viviendo ha dejado al descubierto, señala Morales, por eso mismo buscarán con Piedra Nativa potenciar estos principios involucrándose con la comunidad local y de la zona, ampliando redes para generar un desarrollo integral.
Los vinos de Piedra Nativa
Los vinos son la punta de lanza de Piedra Nativa, recogiendo toda la experiencia que Diego Morales tiene como enólogo y por su experiencia en el secano de Cauquenes, lidiando por más de una década con viñedos centenarios y prácticas antiguas y tradicionales de los pequeños vitivinicultores de la zona, con mínima intervención en los viñedos y también en bodega, siendo más naturales, lo cual ahora se plasma en dos nuevos vinos de su creación: un Carignan y un País, ambos producidos con uvas de antiguos viñedos de Coronel de Maule, un hermoso y tradicional microvalle de Cauquenes con viñedos en lomajes que anteceden los cerros de la cordillera de la Costa que en esa zona no es de gran elevación pero sí, como es en todo Chile, de una formación muy antigua que hace que sus suelos tengan una gran y rica composición mineral, lo que se complementa con el clima particular del secano interior de gran variación térmica, además de lo propio del secano y de los viñedos tradicionales de la zona, que tienen un característico y sorprendente desarrollo de las raíces que buscan metros abajo la irrigación natural facilitada por la acumulación de aguas en el subsuelo tras las lluvias del otoño, invierno y primavera.
Piedra Nativa País 2018
He probado muchos vinos de cepa País y sin querer ser taxativo puedo afirmar que este País de Piedra Nativa si no es el mejor, está entre los tres mejores vinos de esta cepa tradicional.
De lindo y potente color rojo luminoso, este vino País es de una elegancia que sorprende, pues en general los vinos de esta cepa son muy rústicos y a veces difíciles de beber para muchos, pero en el caso de Piedra Nativa País 2018 reúne una gran elegancia y suavidad pero con origen, con identidad, con terruño, específicamente de Coronel de Maule donde se ubican los antiguos viñedos, ofreciendo lo mejor de esta cepa centenaria, con una gran presencia de fruta y rica y mediana acidez, dejando en evidencia la cualidades de esta variedad de riquísima y larga tradición pero que por mucho tiempo fue menospreciada.
Y esa elegancia y suavidad también es resultado de un tenor alcohólico moderado (12,5%), cosecha más temprana, mínima intervención en bodega y crianza en barricas usadas de 10 a 12 meses.
Un vino País excepcional que consagra y evidencia el conocimiento y manejo que tiene Diego Morales acerca de esta cepa y del manejo de los viñedos del secano interior del Maule, específicamente de la zona de Cauquenes.
Piedra Nativa Carignan 2019
Este Carignan es especial ya que presenta un cuerpo más suave que lo que se acostumbra para vinos de esta cepa, haciéndolo más agradable de beber, pero a la vez tiene un volumen firme característico de esta variedad que en el Maule se da de tan buena manera, y en el caso de Piedra Nativa presenta el estilo de esta nueva viña: elegancia sin perder firmeza ni autenticidad.
Producido con uvas de parras antiguas de viñedos ubicados en Coronel de Maule, este Carignan presenta también menos concentración de lo que se acostumbra en esta variedad, pero como dijimos tiene un firme volumen que no lo hace más liviano o débil, sino que ofrece toda la potencia característica pero de manera muy elegante y amable.
Ambos vinos de Piedra Nativa son producidos a pequeña escala y ya están a la venta de manera directa en www.piedranativa.com, y a partir de septiembre estará a la venta el vino Piedra Nativa Asoleado 2019 producido con uvas País de la parcela de Pïedra Nativa en Tequel. Más adelante, Piedra Nativa tendrá un ensamblaje tinto y un espumante de uva País.
(Alejandro Tumayan – todovinos.cl)