Evolución de la competitividad de las exportaciones de vino chileno

Chile ha alcanzado una posición de liderazgo en el mercado internacional del vino, ocupando actualmente el cuarto lugar entre los mayores exportadores mundiales de este producto, superando a Australia desde el año 2013. Sólo anteceden a Chile los tres grandes países europeos productores de vino: Francia, España e Italia, que son de reconocida trayectoria en este mercado.

Entre las razones que podrían explicar esta importante ubicación de Chile en los mercados internacionales se encuentran la amplia red de tratados de libre comercio, condiciones propicias para la producción y costos competitivos.

Sin embargo, este liderazgo relativo del vino chileno podría verse modificado por factores climáticos, productivos, o por la fuerte competencia a nivel internacional, señala en su inicio un informe de la Oficina de Políticas Agrarias (Odepa) denominado «Análisis de la evolución de la competitividad de las exportaciones de vino chileno en los principales mercados de destino».

A partir del año 2000, las exportaciones chilenas de vino embotellado, vino a granel y vino espumoso, que corresponden a las categorías más relevantes en cuanto al valor de los vinos exportados por Chile, aumentaron, como conjunto, desde USD 526,2 millones a USD 1.739 millones, más que triplicándose en estos últimos quince años y presentando una tasa de crecimiento anual, en valor, de 8,9%. En términos de volúmenes la variación total en el mismo período fue de 208% y la tasa de crecimiento anual, de 8,4%. El precio promedio ponderado de las exportaciones, en tanto, aumentó sólo 7,4% entre los extremos del período, con un valor de USD 1,96 por litro en 2001 y de USD 2,10 por litro en 2015.

Este crecimiento acotado se logra aun cuando a través de los últimos quince años se han verificado cambios significativos en la evolución de estos precios.

Si se analiza detalladamente la evolución por tipo de producto, existe un cambio evidente en la composición de estas exportaciones, puesto que, mientras en los primeros años del presente siglo (hasta 2008, aproximadamente) el vino a granel representaba entre 38% y 45% del volumen total de las exportaciones, en los últimos años, especialmente entre 2013 y 2015, estos porcentajes han tendido a equipararse entre el vino a granel y el embotellado, acercándose, en ambos casos, a una participación de 50% cada uno. Se deduce, entonces, que los volúmenes exportados de vinos a granel, que son de menor valor unitario, han ido aumentando proporcionalmente más que los de los vinos embotellados, que presentan un valor unitario mucho más alto. El vino espumoso, en tanto, se ha mantenido con una participación en torno a 0,5% en volumen.

La variación de las participaciones en las exportaciones de los vinos a granel y embotellados se puede explicar por múltiples factores. Entre éstos, se ha observado una necesidad de incrementar las exportaciones masivas de vinos en los últimos años, debido a una situación de excedentes acumulados en las viñas, lo que incentivó a que se exportase una mayor proporción de vinos a granel a precios inferiores, por otra parte, algunas viñas se han centrado en la producción de este tipo de vino en respuesta a la demanda mundial existente.

Adicionalmente, puede considerarse cierta adaptación de las exportaciones chilenas de vinos a una tendencia mundial observada en la última década, que se traduce en ir transando una proporción cada vez mayor de vinos a granel en detrimento de los vinos envasados.

Sobre el particular cabe señalar que la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) ha informado que, entre los años 2000 y 2014, el porcentaje de vino a granel transado respecto al volumen total de las exportaciones de vino aumentó desde 30% a 38%, en tanto que el porcentaje de vinos embotellados disminuyó de 65% a 54%.

La diferencia corresponde a vino espumoso, cuya variación fue de 5% a 8%.

En términos de valor las variaciones se aprecian menos acentuadas, lo que da cuenta de las diferencias de precio o valor unitario que existen entre estas categorías. A todo lo anterior podría agregarse una situación internacional particular que se produjo en el año 2013, cuando, debido a cierta escasez internacional ocasionada por una sequía, se redujo considerablemente la cosecha en España, país dominante en el mercado internacional de vino a granel.

A raíz de esta situación de escasez internacional, las exportaciones chilenas de vino a granel se vieron favorecidas, aumentando muy significativamente. Chile pudo aprovechar la coyuntura indicada, posicionándose de muy buena forma en este mercado y logrando también precios elevados en aquel lapso.

A pesar de esto, el precio promedio ponderado de las exportaciones de vinos chilenos no ha tenido una variación particularmente significativa entre 2001 y 2015, no obstante que el propósito de la industria fue exportar cada vez una mayor proporción de vinos de mejor calidad y, por lo tanto, de precio más elevado.

De todos modos, se observa que, por categoría de producto, se registraron altas variaciones de los valores unitarios promedio durante los últimos quince años. Mientras entre 2001 y 2015 el precio del vino a granel creció un 20%, con una tasa de variación anual de 1,3% y presentando su mayor valor en el año 2011, con USD 1,17 por litro; los vinos con DO aumentaron un 14%, con una tasa de variación anual de 0,9%, mostrando su mayor valor en el año 2014, cuando llegó a USD 3,44 por litro.

Los vinos espumosos, en tanto, evidenciaron un incremento de precio de 65% en estos últimos quince años, correspondiendo a una tasa de variación anual de 3,7% y también exhibiendo su mayor valor en el año 2014, cuando registraron USD 4,22 por litro. Lo que más resalta en este sentido es el hecho de que el precio del vino espumoso, que hasta el año 2007 era inferior al del vino con DO, a partir de 2008 lo sobrepasó y desde entonces se mantiene como la categoría de producto com mayor valor unitario.

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