Con el monte Aconcagua de fondo se celebró este año la décima versión del Concours Mondial de Bruxelles Chile, certamen que se ha centrado en resaltar la diversidad de las zonas vitivinícolas chilenas, recorriendo la casi totalidad del país.
Así como su matriz Concours Mondial de Bruxelles (CMB) es un evento itinerante que a cada año tiene su sede en diferentes regiones vitivinícolas de Europa, su «satélite» chileno ha hecho lo mismo en el país en la última década, cambiando a cada año de sede, hasta donde llegan los especialistas nacionales y extranjeros que conforman el jurado y recorren esas zonas vitivinícolas, lo cual contribuye en mucho para que a nivel local e internacional se conozca la gran diversidad de la vitivinicultura chilena.
Este esfuerzo de cambiar de sede a cada año no es algo simple a nivel logístico, pero el trabajo constante de los organizadores del CMB Chile ha llevado a que el certamen se haya realizado en las más diversas regiones del país: Elqui, Vicuña, Límarí, Punitaqui, Montepatria, Aconcagua: San Esteban, Los Andes, Panquehue; Casablanca, Leyda, San Antonio, Maipo, Rapel, Cachapoal: Rancagua, Peumo, Millahue; Colchagua: Santa Cruz, Apalta, Lolol; Curicó: Lontué, Molina; Maule: Claro, Talca, Loncomilla, San Javier; BioBío: Itata, Chillán, Portezuelo, Cerro Verde, Pinihue y Coelemu.
Tras una década hay que destacar el trabajo de Baudouin Havaux, Presidente del CMB, y su representante en Chile, la enóloga Sylvia Cava, quienes han realizado una labor continua y sostenida para dar a conocer las Denominaciones de Origen del Chile vitivinícola, sus vinos, paisajes y gentes.
Este 2016, la sede fue el Valle de Aconcagua. Las catas a ciegas se llevaron a cabo en los salones de las Termas El Corazón, en San Esteban, donde tras tres jornadas se eligieron los mejores vinos en competencia entre más de 250 vinos y piscos (ver lista de premiados).
Los miembros del jurado recorrieron el Valle de Aconcagua, con visitas a las viñas San Esteban (In Situ), en San Esteban; Viña Flaherty, en San Felipe; Viña von Siebenthal, Viña Errázuriz y Viña Sánchez de Loria, en Panquehue.
En esas visitas los miembros del jurado recorrieron los viñedos, bodegas y degustaron los vinos de las respectivas viñas.
En la Viña San Esteban fueron recibidos por el enólogo y dueño Horacio Vicente, con quién recorrieron los viñedos y los petroglifos que conforman un parque temático, además de ser agasajados con almuerzo campestre con una excepcional vista al monte Aconcagua desde lo alto de una loma cubierta de parras.
En la Viña von Siebenthal la recepción estuvo a cargo del propietario, Mauro von Siebenthal, quien en la sala de barricas ofreció algunos de sus vinos a degustar junto a un refrigerio.
En la conversación con los visitantes, von Siebenthal se refirió sobre su lo que es su proyecto vitivinícola, sus ideas sobre el vino, los distintos aspectos que considera para elaborar vinos de alta gama, entre otros temas relacionados.
Ed Flaherty fue el anfitrión en Viña Flaherty, quién ofreció junto a su esposa Jenny Hoover un delicioso almuerzo junto a los vinos de la casa.
También en Flaherty se realizó una amplia degustación de los vinos de MOVI (Movimiento de Viñateros Independientes).
Un poco más rápidas fueron las visitas a Viña Errázuriz y Viña Sánchez de Loria, no por eso menos importantes.
Al cumplirse una década del CMB Chile hay que destacar que el certamen ha traído a más de 120 especialistas a recorrer los valles vitivinícolas del país, y ha premiado más de 800 vinos y espirituosos.
El Concours Mondial de Bruxelles (CMB) es uno de los concursos más importantes a nivel mundial, y el hecho de tener unas versión en Chile, y que está ya haya celebrado diez ediciones, es todo un hito que merece ser celebrado, pues contribuye a poner en foco la rica diversidad de los valles vitivinícolas chilenos.
(Alejandro Tumayan / todovinos.cl)
