No, en estricto rigor no existe colusión, pero en la práctica se está muy cerca, pues los precios de las uvas para elaborar vino están siendo literalmente definidos por los grandes grupos vitivinícolas, asumiendo prácticas en que abusan de posición dominante en el mercado según denuncian pequeños viñateros de varias zonas del país, siendo víctimas de una situación que nada tiene que ver con la libre competencia.
Las grandes viñas actúan de manera tan avasalladora que prácticamente fijan los precios de las uvas que compran a terceros para elaborar sus vinos. Estos grupos empresariales compran a pequeños productores más de la mitad de la uva para producir sus vinos, y actúan de manera oligopólica, o sea, por la gran oferta que existe fijan a la baja los precios y de esa manera dominan el mercado comprador, asfixiando económicamente a miles de viñateros que se ven obligados a vender a precios bajo los costos.
En este contexto, 14 asociaciones de viñateros de las Regiones de O´Higgins, Maule y Bio Bio, presentaron el 10 de Diciembre pasado ante la Fiscalía Nacional Económica (FNE), un requerimiento colectivo por abuso de posición dominante y prácticas desleales en contra del gran poder comprador que no solo está fijando precios de las uvas sino que también ha escalado en la cadena de los abusos y fijaría precios de los vinos y con esto automáticamente precios de las uvas. Por tanto no basta solo con vinificar, informa la Asociación de Viñateros del Valle de Itata.
“Poder comprador altamente concentrado y verticalmente integrado explota a pequeños productores, quienes están fuertemente atomizados y atrapados a seguir en el rubro sin poder de negociación o de escalamiento en la cadena debido a elevadas barreras, economías de escala, y lo estacional y perecible del producto.
«Este poder dominante incurre en prácticas desleales y fijación de precios predatorios que no cubren los costos de labor, ni guardan relación a las variables imperantes en la industria y al valor con que el producto es percibido en mercados competitivos. Acciones que constituyen infracción grave a la ley de libre competencia” (Decreto Ley 211 art 3), señala el Estudio de Caso por Abuso de Posición Dominante Industria Vitivinícola en Chile, realizado por Yenny Llanos, Ingeniero Civil industrial, MSc Finanzas y Negocios Internacionales, que fue presentado junto al requerimiento ante la FNE.
«El estudio incluye un completo análisis de la industria, las variables de mercado mundial y nacional, el marco legal, las conductas y/o abusos, las barreras, el poder de compra, costos de producción, utilidades perdidas, etc.
«También fue presentado un Estudio Económico de precio de uva vinífera que se sustenta del análisis económico de los costos establecidos por las empresas viníferas de comercio justo de Chile, presentados a la CLAC, Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores de Comercio Justo, para establecer el mínimo garantizado de la uva vinífera en Chile».
Esta iniciativa de las 14 asociaciones de viñateros ante la FNE, demuestra la difícil situación de miles de pequeños productores de uva vinífera en el país. En paralelo, pero en el mismo sector y problemática, aunque con enfoques diversos, vitivinicultores ya no tan pequeños y que desde hace años hacen negocios con medianas y grandes viñas, se han agrupado para enfrentar la actual situación.
Es así como 33 productores de Colchagua, Curicó y Talca formaron la Asociación de Productores de Uvas y Vinos con Denominación de Origen, AG.
«Hay un gran descontento entre los productores de uva y vino. Eso es peligroso desde el punto social. Hay que pensar en los precios que se pagaron en la última vendimia. Que los agricultores reciban menos del costo de producción es malo», dijo Roberto Quijada, presidente de la nueva Asociación, en declaraciones a la Revista del Campo del diario El Mercurio.
Quijada proyecta que a mediano plazo contarán con cerca de 500 asociados, número que revela el nivel de descontento en el sector por los bajos precios de la uva y el vino a nivel interno.
Nuestro principal objetivo es la transparencia del mercado, señaló uno de los directores de la Asociación, Rodrigo Balbontín, también Consejero de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
«En el campo necesitamos un equilibrio. Se están plantando cerezas y neuces y arrancando viñas. En algún momento estos sectores se pueden complicar y necesitamos tener una superficie repartida en varios rubros», agregó Balboltín.
Otros objetivos de esta nueva asociación es derogar la norma que permite hasta 7% de adición de agua en el vino, cifra considerada excesiva por los vitivinicultores. Una buena bodega no necesita más de 1% al 1,5% de agua para funcionar, agrega Balbontín. Y calculan que una baja de solo uno por ciento en el límite máximo, sacaría del mercado miles de litros de vino, lo cuál seguramente repercutiría al alza en los precios de la uva vinífera y el vino.
«Si hay más oferta de uva vinífera, que bajen los precios, y viceversa. Sin embargo, no se puede permitir que tengamos que competir con otros productos, como la uva de mesa que no se exporta», dijo Balbontín, quién apoya que exista una reglamentación que impida vinificar en el mismo recinto uva vinifera y uva de mesa. Así se reduce la posibilidad de problemas. Lo mejor es tener las bodegas claramente diferenciadas, así se facilitará la fiscalización, agregó.
«Si como país dañamos la calidad del vino, nos disparamos en el pie. Un mercado más transparente nos va permitir ofrecer un mejor producto», señaló Klaus Schröder, también director de la Asociación de Productores de Uvas y Vinos con Denominación de Origen, AG.
(todovinos.cl / Alejandro Tumayan)