OIV presenta informe sobre consumo mundial de vino en WV París 2024

La producción y el consumo de vino a nivel mundial han experimentado una notable transformación a lo largo de las dos últimas décadas, según revela el último informe de enfoque estadístico de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), presentado durante la conferencia de prensa en Wine Paris & Vinexpo París 2024 este martes, 13 de febrero.

Bajo la dirección de John Barker, nuevo Director General de la OIV, y Giorgio Delgrosso, jefe del Departamento de Estadísticas y Transformación Digital, se ha dado a conocer un exhaustivo análisis que arroja luz sobre la evolución de la producción y el consumo de vino por color, abarcando el período de 2000 a 2021. Este informe no solo destaca los cambios estructurales en las preferencias de los consumidores sino que también ofrece una perspectiva detallada sobre la dinámica de producción y consumo de vinos tintos, blancos y rosados.

El análisis comienza con una mirada profunda a los vinos tintos, los cuales han visto una disminución significativa tanto en producción como en demanda a nivel global. Específicamente, la producción de vino tinto ha descendido un 25% desde su pico máximo en 2004, pasando de representar un promedio del 48% del total de la producción vinícola al inicio del siglo a solo un 43% en los últimos años. Este descenso se observa de manera notable en los países europeos productores de vino tinto, con Francia e Italia experimentando las reducciones más pronunciadas. Sin embargo, esta tendencia negativa se ha visto parcialmente compensada por el crecimiento en la producción de países no europeos como Chile, Argentina, Australia, Estados Unidos y Sudáfrica.

En cuanto al consumo, los mercados europeos tradicionalmente grandes consumidores de vino tinto, como Alemania, Francia, Italia y España, han registrado tasas de crecimiento negativas desde el año 2000. Contrariamente, se ha observado un incremento en la demanda en países como China, Estados Unidos, Rusia y Brasil, lo que indica un cambio en las preferencias de consumo hacia los vinos tintos en estos mercados emergentes.

Por otro lado, los vinos blancos han experimentado un auge significativo tanto en producción como en consumo desde el inicio del milenio. La producción de vino blanco superó a la de vino tinto a partir de 2013, impulsada en gran parte por el éxito mundial de vinos espumosos como el Prosecco italiano. Este crecimiento se ha visto especialmente en países como Italia, Estados Unidos, Sudáfrica y Australia, mientras que grandes productores de vino blanco como Francia y España han mantenido una tendencia estable. El aumento en la demanda de vino blanco ha sido notablemente influenciado por el mercado de vinos espumosos en Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido.

El vino rosado, por su parte, ha visto un crecimiento impresionante en las últimas dos décadas, tanto en producción como en consumo. La producción global de vino rosado aumentó un 25% entre 2001 y 2021, representando más del 8% del total mundial en años recientes. La oferta de vino rosado está altamente concentrada, con los 10 principales países productores representando casi el 90% del total mundial. Francia lidera este crecimiento, seguida por países como Chile y Sudáfrica. En términos de consumo, el aumento en la demanda de vino rosado se debe principalmente a países como el Reino Unido, Alemania y Estados Unidos, siendo Francia el mercado más grande a nivel mundial.

Este cambio estructural en la preferencia de color en los vinos refleja una evolución en los gustos y hábitos de consumo a nivel global, marcando una era de diversificación y experimentación en el sector vinícola. La adaptación de los productores a estas nuevas tendencias y la capacidad de los mercados emergentes para influir en la dinámica global del vino son aspectos clave que continuarán modelando el futuro de la industria.
(vinetur.com)