El recién publicado Wine Trade Monitor 2024, elaborado por la agencia Hopscotch Sopexa, ofrece un análisis prospectivo y minucioso sobre las tendencias que se perfilan en el horizonte del mercado internacional del vino. Esta investigación, que se realiza cada dos años, se apoya en la opinión de 957 profesionales del sector, abarcando desde importadores hasta especialistas en ventas en línea, repartidos en nueve mercados estratégicos a nivel mundial.

La relevancia de los vinos europeos se mantiene incólume, con una preferencia notable por los franceses, italianos y españoles. Este fenómeno subraya la persistente atracción por la tradición vitivinícola del viejo continente, aunque se observa un creciente interés por vinos de regiones menos tradicionales, reflejo de una búsqueda constante por parte de los operadores de diversificar sus portafolios.

La percepción de los vinos, influenciada significativamente por su origen, pone de relieve la asociación entre la procedencia y atributos como la calidad, el precio y la innovación. Francia, en particular, es sinónimo de vinos destinados a grandes ocasiones, mientras que España y Chile se destacan por su atractividad en precios, e Italia por su capacidad de innovar y atraer a las nuevas generaciones.

A pesar de una visión generalmente pesimista sobre la evolución del mercado, los profesionales se muestran confiados en sus capacidades de venta individuales. La venta en línea, especialmente en mercados como Corea del Sur, Reino Unido y Estados Unidos, emerge como un canal en consolidación, planteando nuevos desafíos regulatorios.

Las tendencias que se anticipan como impulsoras de las ventas incluyen la naturalidad de los vinos, una mayor segmentación de precios y la aparición de vinos de baja graduación alcohólica. Estas tendencias reflejan un cambio hacia preferencias de consumo más conscientes y diversificadas.

La autenticidad emerge como un valor crucial en la comercialización del vino, variando su interpretación según el mercado. La sensibilidad hacia el enfoque del viticultor, el terruño o la producción artesanal indica una demanda por productos que reflejen un sentido de lugar y tradición genuinos.

Las denominaciones de origen francesas continúan liderando en dinamismo de ventas, aunque se observa una apertura hacia vinos rosados de otras regiones y un interés particular por los espumosos Cava y Crémant, por encima del Champagne. Este fenómeno sugiere una evolución en las preferencias de los consumidores, posiblemente influenciada por factores como la relación calidad-precio.

La clasificación varietal muestra a las grandes internacionales en la cima, aunque con variaciones regionales significativas. La emergencia de cepas secundarias como Chenin Blanc, Cabernet Franc y Grüner Veltliner refleja una adaptación a las preferencias actuales hacia vinos frescos y menos alcohólicos.

El formato de botella experimenta una renovación, con una preferencia por botellas de vidrio ligero en mercados como Canadá y el Reino Unido, mientras que la lata parece retroceder en preferencia en los mercados anglosajones.
(vinetur.com)