En los confines de Abydos, situado en la provincia sureña egipcia de Sohag, a unos 500 kilómetros de El Cairo, una misión arqueológica germano-austriaca ha realizado un hallazgo notable. Se trata de las tumbas que datan de hace unos cinco mil años, pertenecientes a la reina Meret-Neith, quien es considerada por algunos como la primera faraón mujer de la Historia. Lo que resalta del descubrimiento son las cientos de tinajas de vino que se encontraron en su tumba, muchas de las cuales aún contienen restos de esta ancestral bebida.
Meret-Neith, que formó parte de la I Dinastía alrededor del año 3000 a.C., sigue siendo un enigma para los historiadores y arqueólogos. Fue la única mujer que tuvo su propia tumba monumental en el primer cementerio real de Egipto, ubicado en Abydos. Según los responsables del proyecto de excavación de las universidades de Viena, Tecnológica de Viena y la sueca de Lund, Meret-Neith «probablemente fue la mujer más poderosa de su época». Aunque se ha especulado sobre la posibilidad de que fuera la primera mujer faraón del Antiguo Egipto, anterior a la reina Hatshepsut de la XVIII Dinastía, su verdadera identidad sigue siendo objeto de investigación.
El descubrimiento no se limita a las tinajas de vino. De hecho, el comienzo de las excavaciones ha revelado un gran número de objetos funerarios, mostrando el poder y estatus de Meret-Neith. El equipo de arqueólogos destaca la excepcional conservación de algunas tinajas, con sus tapones originales aún intactos. Lo que es aún más sorprendente es que estas tinajas conservan restos bien preservados de vino que data de hace 5.000 años.
En la antigua civilización egipcia, el vino no era una bebida común para todos. Estaba reservado para las clases altas y tenía un fuerte componente ritual. Era considerado como las lágrimas de Horus, el dios celeste y símbolo de la zona fértil del valle del Nilo. Además, el vino se utilizaba en el proceso de momificación. Mientras que el vino era el deleite de las élites, el resto de la sociedad se conformaba con cerveza, bebida más accesible.
Magda Mehdawy, arqueóloga egipcia especializada en la alimentación y dieta del Antiguo Egipto, señala que la elección de alimentos y bebidas reflejaba claramente las diferencias sociales. Mientras que la dieta de los campesinos consistía en pan, cerveza y verduras, los más acaudalados disfrutaban de comidas más elaboradas y bebidas como el vino durante festividades y ocasiones especiales.
Las inscripciones encontradas en la tumba real indican que Meret-Neith desempeñó roles importantes en el gobierno, como estar al frente de la tesorería, lo que refuerza la teoría de su relevancia histórica. Su complejo funerario, que incluye su tumba y la de 41 cortesanos y sirvientes, fue construido con ladrillos de barro y madera.
Abydos sigue siendo un lugar de interés para los arqueólogos. Anteriores misiones han descubierto tumbas de faraones desconocidos y restos de la vida diaria de sus habitantes de hace más de 5.000 años.
(vinetur.com)