El mundo de la viticultura ha experimentado un importante avance gracias a un proyecto conjunto llevado a cabo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Valencia, España. Estas entidades han logrado secuenciar de manera completa las versiones del genoma de la vid, específicamente las que poseen genes relacionados con el estrés causado por plagas o por falta de agua.
Este logro es parte de una investigación internacional en la que destaca la participación del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio), un centro mixto del CSIC y la Universitat de València. Las versiones 4 y 5 del genoma de referencia de la vid (vitis vinifera) que se han completado presentan un alto número de genes vinculados con la respuesta a distintos tipos de estrés y también genes que determinan la capacidad aromática de los frutos. Estos hallazgos permitirán el diseño de viñedos más resilientes ante los desafíos que presenta el cambio climático, una amenaza real para la industria vinícola. Los resultados de estos trabajos se han divulgado en revistas de prestigio como Horticulture Research y G3 Genes|Genomes|Genetics.
Aunque la primera secuenciación de la vid tuvo lugar en 2007, esta y las versiones subsiguientes no estaban completas y tenían regiones aún no descritas. Muchos de estos fragmentos corresponden a áreas centroméricas y teloméricas de los cromosomas, que se caracterizan por repetitivas secuencias de ADN que dificultaban su interpretación.
El contar con una versión completa del genoma representa una valiosa herramienta para el conocimiento total de los genes de una especie. Con este avance, será posible estudiar la función de cada uno de los genes y asociarlos a características relevantes para la industria vinícola. Esto se logrará utilizando herramientas de biología computacional y potenciará la mejora genética mediante técnicas tradicionales de crianza, lo que beneficia al diseño del viñedo del futuro.
En cuanto a las recientes versiones del genoma, la versión 4 reveló datos interesantes sobre el pedigrí del cultivo PN40024. Inicialmente se pensaba que era de la variedad Pinot Noir, pero análisis posteriores confirmaron que es la variedad Helfnsteiner, un cruce entre Pinot Noir y Schiava Grossa. La versión 5, por su parte, confirma la secuenciación completa del genoma de la vid.
La tecnología usada para esta investigación se basa en la secuenciación de fragmentos largos de ADN, una técnica que supera a los métodos tradicionales de secuenciación de fragmentos cortos. La versión 4 se desarrolló con la tecnología PacBio de secuencias largas, mientras que la versión 5 implementó la tecnología HiFi, logrando una precisión de lectura del 99,9%.
Por último, es relevante destacar el marco en el que se desarrolló esta investigación: el proyecto Cost Grapedia. Esta es una base de datos diseñada para enfrentar retos en el acceso y uso de datos genéticos relacionados con la vid. José Tomás Matus, investigador destacado del Programa Ramón y Cajal, es quien lidera esta iniciativa financiada por la Oficina Europea Cost.
(vinetur.com)