No debemos obviar que en temas de informática y marketing los estadounidenses, y más en zonas como Seattle -donde está el germen y toda una miniciudad de la empresa Microsoft-, están ya en pleno avance de lo que a los restos de humanos nos llegará en un futuro más o menos inmediato. Por ello, desde hace 5 años está revolucionando absolutamente todo lo que hemos conocido y lo que por aquí es conocido como Inteligencia Artificial (IA).
Y me refiero a la misma como una herramienta de trabajo, que tiene como base el poder comprender el lenguaje humano y a través de las nuevas tecnologías, responder a cualquier pregunta -incluso mal realizada- con el lenguaje humano, con muchas y diferentes adaptaciones, es decir para los más avezados en conocimientos o para la experiencia de un niño.
Es la gran revolución de aquí a cinco años aunque ya se está utilizando en esta parte del mundo -y en muchas otras- y no duden que nos llegará y podremos hacer uso de la misma, pero insisto, simplemente como herramienta, una más, aunque muy importante, de trabajo.
La Inteligencia Artificial (IA) -como ella misma te lo explica- “es un campo de la informática y la ingeniería que se centra en el desarrollo de sistemas y programas que pueden realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, la percepción, el razonamiento y la resolución de problemas».
De manera muy concreta le planteé a la IA cómo puede ser utilizada en el campo, las bodegas el marketing o la venta del vino… y en concreto referido a las viñas me respondió que dio respuestas muy contundentes para “mejorar la calidad del vino, optimizar la producción, reducir costos y mejorar la eficiencia en el proceso de cultivo y cosecha.
Algunas de las formas en que la IA puede ser aprovechada en las viñas incluyen:
–monitoreo y análisis del clima, es decir la IA puede ser utilizada para monitorear y analizar el clima en tiempo real, lo que permite a los viticultores tomar decisiones informadas sobre el momento adecuado para la siembra, el riego, la poda y la cosecha; detección temprana de plagas y enfermedades ya que la IA puede ser utilizada para detectar tempranamente plagas y enfermedades en las plantas, lo que permite a los viticultores tomar medidas preventivas para evitar la propagación y minimizar los daños; optimización del riego dado que la IA puede ser utilizada para optimizar el riego en función de las necesidades de cada planta y las condiciones climáticas, lo que permite ahorrar agua y reducir costos;
–mejora de la calidad del vino pues la IA puede ser utilizada para analizar los datos sobre el clima, la tierra y las uvas, y así determinar el momento óptimo para la cosecha y la producción del vino, lo que puede mejorar la calidad y sabor del vino; control de la calidad del vino porque la IA puede ser utilizada para controlar la calidad del vino en cada etapa de producción, desde la cosecha hasta el embotellado, lo que permite asegurar que el vino tenga los niveles adecuados de acidez, pH y azúcar, entre otros factores”.
Y concluye con esta frase más que contundente: “en general, la IA puede ser utilizada para obtener una mayor eficiencia en la producción de vino y mejorar la calidad del producto final, lo que puede ayudar a los viticultores a obtener mayores beneficios y a los consumidores a disfrutar de un mejor vino”.
(laprensadelrioja.com/AntonioEgido)