Hace algunos años atrás hablar de vinos bolivianos resultaba algo al menos peculiar o más bien raro, pero Bolivia tiene una zona productora de vinos que se remonta a la colonia, pero dese hace pocos años este sector ha atraído la atención de inversionistas que han logrado mejor la calidad de los vinos y viñedos, siendo reconocidos poco a poco en importantes concursos internacional.
Es en Tarija, al sur de Bolivia, donde se concentra la producción vitivinícola boliviana, donde el clima es más propicio para la vid y su crecimiento.
Entre todas las bodegas se han invertido por lo menos 25 millones de dólares en los últimos cinco años. Esos recursos han sido destinados sobre todo a mejorar los viñedos que el 70% de la calidad de un vino. Pero también se ha invertido en ampliación de las bodegas, tecnología, recursos humanos y otras áreas. Toda la inversión es local, de familias tarijeñas que apuestan a mejorar su producción, dijo Luis Pablo Granier, presidente de la Asociación de Industriales Vitivinícolas (ANIV) de Bolivia, en declaraciones a la agencia Bloomberg.
En el año 1576, Luis de Fuentes, fundador de la ciudad de Tarija, en su testamento dejó 30 mil parras de uvas a sus herederos. En 1676, cuando llegan los jesuitas a Bolivia, ellos tenían como misión la evangelización, y para ello necesitaban vino, y el mejor lugar que encontraron para la producción fue el valle de La Concepción, en Tarija, cuenta Carlos Paz, gerente de la bodega La Concepción.
Paz destaca las características favorables a la vitivinicultura de Tarija, pues sus campos están a 1850 metros de altitud y eso hace con que las vides tengan una mayor exposición a los rayos solares y hay una amplitud térmica muy grande, con lo cual la piel de las uvas en Tarija son más gruesas y es ahí donde se concentran los taninos y el resveratrol (antioxidante).
Esto hace que haya una mayor concentración de aromas en los vinos blancos y una mayor concentración de taninos que dan color a los tintos, señaló Paz a Bloomberg.
Garnier, de bodega Campos de Solana, destacó los reconocimientos que han recibido los vinos de Tarija en los últimos años, y el objetivo de los viñateros es maximizar y mejorar la producción de uva y también lograr atraer más turismo a la zona para consagrar a Tarija como la capital boliviana del vino y que así figure cada vez más en el panorama vitivinícola internacional.
(todovinos.cl)