Este 2019, Viña TerraNoble celebró 25 años desde su creación enfocándose en el refuerzo de su identidad en sus terruños, con un renovado trabajo de gestión integrado a su interior y con la producción de mejores y nuevos vinos.
Ese refuerzo en su identidad se ha dado a través del inicio de un proceso de mayor estudio y conocimiento de sus terruños, principalmente en el Maule, donde tiene la mayor cantidad de viñedos y bodega, pero también en los viñedos que posee en Colchagua y Casablanca.
Hemos estado trabajando de manera intensa en el terruño del Maule, con parras antiguas, haciendo un trabajo más integrado entre la enología y la viticultura, y en simultáneo integrando a los demás equipos de la viña con el propósito de alcanzar de manera conjunta los objetivos que tenemos por delante, y esto se ha dado de manera más fluida en el último año, con la nueva gerencia general liderada por Alejandro Abarca, con lo cual hemos ido alcanzando sinergias y resultados positivos en todos los sentidos, en un trabajo de gestión integrado que ha sido muy satisfactorio, incorporando a los diversos equipos de trabajo, con capacitación del personal en los viñedos y bodega, explicando el respeto a los procesos, señaló Marcelo García, enólogo de TerraNoble que está en la compañía desde 2015.
Centrándonos más en los viñedos, en los terruños, en las parras, enfocando la enología como trabajo complementario a la fruta que nos entregan las viñas, hemos logrado en un trabajo conjunto producir vinos que hablan más de nuestros campos, que denotan más identidad del terruño, pues hemos ido incorporando en todo el personal de la viña el principio de que todo se define en la parra, en el viñedo, y logrando una excelente fruta, con identidad y que exprese el territorio y terruño donde crece, lograr vinos más elegantes, más sobrios, más fidedignos al clima, suelo, al terruño en general, agrega García.
Y podemos afirmar que este proceso que ha comenzado en TerraNoble hace algunos años ya se percibe en las nuevas cosechas de líneas de vinos ya existentes y de otras líneas de vinos nuevos.
TerraNoble siempre se ha destacado por los vinos Carmenere, entregando siempre vinos con las características más identificables de esta variedad, sin caer en los extremos que se vieron en Chile en las dos décadas pasadas, donde se podían encontrar Carmenere muy “verdes” y otros que eran “mermelada”.
García explica que en Chile, de manera general, y en TerraNoble en particular, hemos ido aprendiendo a lidiar con la uva Carmenere, encontrando los suelos adecuados, tiempos de maduración, manejo de viñedos, riego, etc., proceso éste en que muchas viñas sucumbieron ante esta variedad, mientras que otras, como nosotros, encontramos nuestro perfil de trabajo y producción para los vinos Carmenere, alcanzando vinos de gran calidad y manteniendo las características específicas de la variedad.
Cuando en Chile se redescubrió hace 25 años la Carmenere que había desaparecido en el mundo por la filoxera y que aquí era confundida con el Merlot, hubo todo un proceso de trabajo con la nueva variedad que tenía sus peculiaridades para la maduración, pues cuando cosechada como otras variedades resultaban vinos extremadamente “verdes”, y cuando dejada para cosecharla por último, los vinos eran una verdadera “mermelada”, por la sobre maduración.
En este proceso de aprendizaje podríamos decir que TerraNoble fue una de las pocas viñas que siempre estuvo a su vanguardia, entregando año a año Carmenere mejor logrados donde lo “verde” dejaba de predominar y nunca entregando vinos que parecieran “mermeladas”.
Y esto al día de hoy es una gran realidad al probar los Carmenere de TerraNoble, personalmente destaco la línea Gran Reserva, donde esta cepa expresa su tipicidad de manera elegante sin perder sus características, donde ese elemento herbáceo no prevalece pero tampoco está totalmente ausente, pues es una característica de la Carmenere, pasando a ser un rico tono y sabor de leve picor que contribuye a la complejidad del vino.
Hemos ido avanzando y aprendiendo con los años, buscando los cuarteles adecuados, tanto por suelo como por clima, orientación al sol, manejo de follaje, riego, etc., ha sido todo un proceso que podemos afirmar ha traído muy buenos resultados, afirma García.
Y así es, pues además de todo ese proceso García ha incorporado otros elementos que hacen que de manera general los vinos de TerraNoble, y Carmenere en particular, sean hoy más finos, más elegantes, más sobrios, sin perder complejidad y cuerpo, pues los vinos con crianza lo hacen en barricas de gran tamaño y en fudres, donde la integración con los elementos de la guarda se dan de manera más gradual dado el mayor volumen de vino en contacto con la madera en un espacio más amplio.
En el caso de dos vinos Carmenere de nivel superior a los Gran Reserva, CA1 y CA2, la Viña TerraNoble ha presentado a través de ellos una singular y sabrosa experiencia, que es poder degustar la cepa Carmenere de un mismo valle pero de ubicación, clima y suelo diversos. El CA1 es del Valle de Colchagua Andes, y el CA2 del Valle de Colchagua Costa. Ambos vinos son de una elegancia particular, pero se percibe gratamente la diferencia de origen aunque ambos son de un estilo más sofisticado podríamos decir, donde ciertos elementos más típicos de la variedad está neutralizados haciéndolos más amables a cualquier paladar. El CA1 tiene más volumen, cuerpo y color, mientras que el CA2 es más fresco y un tanto más suave, ambos sí de gran nivel aunque personalmente prefiero que esos elementos típicos de la Carmenere, como es ese toque herbal, un cierto picos, estén presentes de manera sutil en los vinos.
El “nuevo” estilo se percibe en todos los vinos de TerraNoble, aunque de manera más elocuente en nuestra línea preferida que son los vinos Gran Reserva de esta viña ubicada en el sector de Aurora, entre Talca y San Clemente, Valle del Maule.
Tras el redescubrimiento de la Carmenere en Chile, la variedad Merlot –con la que era confundida y que el ampelógrafo francés Jean Borsiquot corrigió el “error” en 1994–, cayó algo en descrédito, pero esta variedad es de una gran excelencia, entregándonos frutas de muy buena concentración, rica acidez y suavidad aterciopelada cuando es bien lograda. Y esto se constata también en el Merlot Gran Reserva de TerraNoble, un vino exquisito, elegante, suave y complejo a la vez, que con una agradable frescura se puede beber con o sin comidas. Y además de la suavidad característica de la variedad Merlot, los vinos de TerraNoble de esta cepa pasan por crianza en barricas con varios años de uso y fudres, acentuando aún más es intensidad mediana llena de aromas y fruta.
Este “nuevo” momento de TerraNoble a sus 25 años incluye además nuevos vinos. De la misma línea Gran Reserva fueron incorporados Chardonnay, Sauvignon Blanc y Pinot Noir de los viñedos de Las Dichas, Valle de Casablanca, y un Carignan, con su firme cuerpo y complejidad es un fiel representante maulino de esta variedad que encontró en el Valle del Maule su lugar en Chile por excelencia.
Lo más nuevo de TerraNoble es su nueva línea de vinos Disidente, compuesta de tres vinos: un Naranjo a base de Pinot Blanc, un ensamblaje mezcla de tres variedades mediterráneas, y un Syrah de clima frío con Tempranillo. Pero sobre estos vinos en particular me referiré próximamente en una nota especial al respecto.
Para concluir puedo afirmar que es inmensamente grato constatar como una viña con 25 años de historia logra renovarse volviendo a su origen, a su terruño, privilegiando lo que entregan los viñedos, también integrando nuevos procesos menos invasivos, atentos a mantener e incentivar la biodiversidad en sus campos, y como resultado producir y entregar mejores y nuevos vinos.
(Alejandro Tumayan – todovinos.cl)