Es la Denominación de Origen de vino más antigua de América, de 1953, y hasta los años de 1960 era muy consumido, y ahora, tras décadas «en el olvido», el vino dulce Pajarete resurge con fuerza en el Valle del Huasco, donde decenas de productores reciben asesoría enológica y comercial para impulsar nuevamente la producción y comercialización de este rico vino «asoleado».
El martes 26 de Julio se realizó en el restaurante Siete Negronis, en Santiago, una degustación y presentación de varios vinos Pajarete del Huasco, producidos por los miembros de la Asociación de Vino Pajarete Alto del Carmen y la Asociación de Pajareteros del Huasco Alto, que forman parte de un proyecto para mejorar e impulsar su producción dirigido por la Universidad de Santiago (USACH) y con el apoyo de Corfo, SAG y Gobierno Regional de Atacama. En el evento estuvieron presentes dirigen tes de los productores, representantes de las entidades estatales que apoyan el proyecto, y el rector de la USACH, Juan Manuel Zolezzi.
El Pajarete es producido con uvas Moscatel de Alejandría y Moscatel de Austria, principalmente, también con uva País para su versión tinto, y su elaboración se remonta al siglo XVII. Las plantaciones de vides en el Valle del Huasco llegaron con los españoles en el tiempo de la conquista, y desde esa época ha sido una tradición de los habitantes de este valle norteño, la producción de este vino generoso, muy rico de beber, servido a baja temperatura (9 grados) ofrece un dulzor muy agradable que no es empalagoso, y lo hace muy especial para acompañar comidas especiadas, quesos maduros y postres.
El vino Pajarete es producido de manera muy tradicional. Tras la cosecha de las uvas, generalmente en Marzo, la fruta es asoleada entre ocho y quince días para luego dar inicio al proceso de vinificación.
En la ocasión del evento que busca hacer más conocido y potenciar el consumo de los vinos Pajarete del Huasco, el master sommelier Héctor Vergara, destacó sus especiales y únicas características de este vino, siendo un «late harvest» especial del norte de Chile, con sus técnicas y formas de producción centenarias, resguardando las características muy especiales del territorio/terruño, y preservando una tradición que ha acompañado a generaciones de productores en el Valle del Huasco.
El proyecto de apoyo a los productores de Pajarete del Huasco es liderado por la académica de la USACH, Dra. María Angélica Gangas, quien junto a especialistas, entre ellos la enóloga Lorena Véliz, han asesorado a los productores desde el inicio del proyecto en 2012, logrando excelentes resultados en lo que se refiere a mejorar aspectos técnicos en el proceso productivo, con lo cual se han alcanzado una mejor calidad sin perder las características únicas de estos vinos del norte de Chile.
Conversando con algunos productores presentes en el evento, relataban que desde niños han estado en las pequeñas bodegas de sus padres y abuelos, y que hacer vino, específicamente Pajarete, es algo que lo llevan en la sangre, es parte de su cultura, su forma de vida. Por eso es tan relevante este proyecto que ha logrado reposicionar al Pajarete en términos de calidad, con lo cual ahora se alistan a iniciar el proceso de difusión para aumentar las ventas en el país y también para exportar los vinos.
De esta manera, con la asesoría adecuada y una mayor comercialización, las decenas de productores que viven junto a los ríos Carmen y Conay, afluentes que forman más al oeste el río Huasco, podrán seguir con la tradición más que centenaria de producir Pajarete, consolidando una forma de sustento, de arraigo a la tierra donde viven hace generaciones, y así tener la posibilidad de transmitir a sus descendientes los conocimientos y maneras propias de hacer este rico vino dulce del norte de Chile.
(Alejandro Tumayan / todovinos.cl)