Mientras más se conoce la provincia de Cauquenes, más se constata la gran diversidad de sus tierras, gentes y paisajes. Todo con un hilo común que une a todo el territorio, que es ser una zona de secano con una larga y rica historia, que junto a su diversidad hace vislumbrar un futuro renovado pero sin dejar los hábitos y costumbres que forman su identidad cultural en el más amplio sentido.

Cauquenes es un territorio que ha tenido importantes hitos históricos y una mejor y próspera economía local, pero ahora, en el siglo XXI, un tanto a la contramano de otras regiones, se gesta en sus diversos microvalles, lomas y praderas, un recargado despertar de la mano de diversos actores oriundos y otros residentes que buscan reivindicar su vocación rural, campesina y agrícola, pero con el sello integrador de los tiempos actuales.

Este sello integrador se refiere a la incorporación de herramientas, técnicas, asesoría, tecnología, comunicaciones, etc., de los tiempos actuales, que vienen a sumarse a la tradición, historia y acervo cultural de sus habitantes, formas de vida y de producción. Y esto se ve claramente en las faenas vitivinícolas, muy importantes en Cauquenes desde hace más de dos siglos, donde poco a poco se van integrando los pequeños con los no tan pequeños, los más modernos con los ancestrales, los campesinos con los allegados y ahora residentes e integrados.

Así lo constaté in situ en mi última visita a Cauquenes, donde pude seguir conociendo a productores de vino que están asociados a VidSeca, la asociación de vitivinicultores del secano de Cauquenes. Lo más potente de esta visita fue constatar la diversidad de sus integrantes, de sus terruños y paisajes, pero con el denominador común de hacer vinos con identidad, vinos del lugar, vinos genuinos, sin importar estilos de vinos «aceptados» o «reconocidos», sino hacer vinos que manifiesten la fruta que crece en esas tierras, con ese clima y con el trabajo de sus manos. Parece una oda romántica, pero es lo que realmente es, la expresión más pura de la tierra, de los viñedos, y es así como esos hombres y mujeres trabajan y ven su quehacer vitivinícola que, en la mayoría de los casos, viene de varias generaciones antes.

La diversidad se percibe en la geografía, la vegetación y suelos en las varias direcciones que uno puede tomar saliendo de la Plaza de Armas de Cauquenes. Al norte es un tipo de vegetación y paisaje, diferente al sur, también al este y al oeste. Esa diversidad ofrece un abanico muy interesante al momento de probar los vinos producidos por los viñateros de Cauquenes. Así como cambia el terruño, también lo hace el vino que allí se produce.

Primeramente partimos con Vicente Loyola a la zona Este de Cauquenes, precisamente a la localidad de Pocillas. Allí este hombre oriundo de ese pueblo, junto a su esposa Miriam Pérez, cuida los viñedos que heredó de su padre. Desde que tiene conocimiento hacen vino en su casa, y él ha seguido con la tradición. Resultado: un vino de uva País de cuerpo un poco más que mediano, más recio que lo comun, firme estructura que va muy bien con comidas típicas como sopaipillas con chicharrones; cordero arvejado o una cazuela de pava.

Vicente Loyola, así como la mayoría de los viñateros de Cauquenes, también tiene otros cultivos, algunos animales y siembras, pues de no ser así no podrían seguir manteniendo la tradición de hacer vinos. Pero Vicente es directo y afirma que contra viento y marea seguirá haciendo vinos, y más ahora, que al juntarse con otros viñateros en VidSeca, ha conocido otras experiencias, ha recibido asesoría, algunos recursos y perspectivas para poder vender sus vinos embotellados.

En el contexto de la diversidad de Cauquenes, después visité la bodega de Alexis Abarza, también asociado a VidSeca con una realidad muy diversa a Loyola, pero con el apego a esa tierra como factor comun, además del vino, lógicamente. Alexis Abarza es ingeniero constructor y heredó sus viñas de su bisabuelo, y a las tradicionales País y Garnacha, incrementó los viñedos con nuevas plantas de Chardonnay, Syrah y Cabernet Sauvignon. Hoy tienen 15 hectáreas y cuentan con una pequeña pero moderna bodega, así como instalaciones para recibir visitantes. Abarza tiene la convicción de darle un empuje a Cauquenes y su territorio. En ese sentido busca impulsar el enoturismo desde su iniciativa, Viña Doña Aurora, y también contribuyendo en el mismo sector de Santo Toribio a través de la cooperativa Covisanto, integrada por 15 pequeños viñateros, trabajo que se complementa con el que desarrolla como asociado en VidSeca. Viña Doña Aurora produce un rico Syrah y también un licoroso muy agradable.

Siguiendo el periplo por la diversidad de Cauquenes, al otro día seguí hacía la localidad de Pila del Rosario, en los campos al Este de la ciudad. Mi anfitrión Luis Villegas, otro socio de VidSeca, también tiene su propia historia. Oriundo de Lota, llegó al mundo del vino después de dedicarse a estudiar y trabajar en turismo y andar embarcado en cruceros, donde recibió capacitación e hizo cursos sobre vinos. Esa pasión despertada la plasmó ahorrando para comprar un terreno en Cauquenes donde pudiera plantar viñas y producir sus propíos vinos. Y así lo hace desde hace quince años, cuando plantó viñas de Cabernet Sauvignon cuyas uvas dan un especial y muy buen vino, con un sello propio, muy agradable. Luis construyó una pequeña bodega con energía solar, tiene algunos cultivos de avena y junto a su labor de profesor en la localidad de Chanco, va creciendo en su proyecto de ser productor de vino en la provincia de Cauquenes, compartiendo diversas experiencias con los demás viñateros de VidSeca, tanto los más antiguos y tradicionales, como con los más jóvenes y modernos, porque al fin de cuentas esta asociación tiene esa riqueza, la mezcla de diferentes historias de vida, profesiones y oficios, edades y lugares de nacimiento.

Muy cerca de Cauquenes hay otro proyecto vitivinícola asociado a VidSeca. Gran Hidalgo se llama la pequeña viña instalada por Carlos Hidalgo, quién llegó en 1998 a la zona junto a su esposa oriunda de Cauquenes. Hidalgo, junto a su padre Norberto, ha construido una bodega de adobe que resistió al terremoto de 2010, y produce un Cabernet Sauvignon de una singular potencia, de gran cuerpo de pura fruta negra.

Otro proyecto que ha crecido es el de Felipe Zúñiga, enólogo y presidente de VidSeca y residente hace más de quince años en Cauquenes. Junto a su socio Víctor Soto, también enólogo, han construido San Clemente Wines, pequeña viña ubicada en el sector de Tabolguén, donde tienen 4 hectáreas de las variedades País y Carignan. También cuentan con una pequeña y bella bodega, en cuya parte externa superior se puede disfrutar de una linda vista a los viñedos en la terraza allí habilitada. Hacia el otro lado de los viñedos está la otra parte del proyecto, la turística, dónde está a punto de ser inaugurado un centro de relajación, lodge, sauna, salas de masajes y cabañas.

Con Felipe Zúñiga partimos a visitar a otros asociados de VidSeca en el sector de Coronel de Maule. Allí primeramente llegamos a la pequeña viña de Víctor Mora, un animado agricultor que además de los viñedos tiene olivos y cria pavos, los cuales además sirven de fertilizadores de las dos hectáreas de antiguas parras de País, y una hectárea de Cabernet Sauvignon. Víctor Mora está optimista con lo que viene a futuro en lo que se refiere al vino, al tener la expectativa de ir embotellando una mayor cantidad para venta al detalle.

Después visitamos a su vecino, Hugo Cárdenas, quién tiene seis hectáreas de viñedos de uva País, y cuyo rico vino degustamos junto a unas sabrosas y criollas empanadas preparadas por su esposa. Cárdenas nos recibe en su pequeña bodega, donde también produce chicha, pero espera a corto plazo embotellar una mayor cantidad de litros de vino. Y eso puede estar próximo a concretarse, pues VidSeca está a punto de cerrar un primer embarque de 13.500 botellas a un importante mercado en el exterior, lo que puede marcar una diferencia hacia el futuro.

Y eso es lo interesante de VidSeca, que expresa la verdadera diversidad y riqueza del campo y de los viñateros de Cauquenes. Unos jóvenes, otros agricultores más añosos, otros llegados hace algunas décadas y asentados en los campos de la zona, y los más, campesinos oriundos del lugar con larga tradición familiar en el vino.

Estos viñateros y los demás que completan los 27 asociados a VidSeca, además del inminente embarque de miles de botellas al exterior, también verán su rutina alterada para mejor cuando una serie de proyectos en trámite vayan concretándose, como es un centro de acopio y producción de vinos, un laboratorio y una sala de ventas. Estos son algunos de los proyectos en los que VidSeca trabaja con el apoyo de entidades del gobierno regional del Maule, como es el Programa de Gestión Terrirorial para Zonas Rezagadas, o del INIA, además de ya trabajar junto a Sernatur y municipalidad de Cauquenes, en la organización de la segunda edición de la Fiesta del vino País, que se realizará el último fin de semana de octubre, cuando hay dos feriados. La primra edición fue todo un éxito considerando que era la primera feria de este tipo en la zona. El público fue muy bueno, las ventas de vinos también, y los viñateros más antiguos se emocionaban al exhibir y dar a degustar por primera vez sus vinos en público.

Abogamos y creemos en un mejor futuro para Cauquenes Territorio, pues además de los viñateros y sus vinos hay otros protagonistas de la vida campesina de la zona, como son sus propias familias y familiares con sus oficios y habilidades artesanales; el turismo rural que ofrece la zona, de singulares bellezas y paisajes; la gastronomía local que sorprende por sus productos frescos y puros; y por la simpleza y hospitalidad de su gente. Los que ya conocen deben volver a disfrutar de sus bondades, y los que no han estado nunca antes, es hora de conocer este Cauquenes que se renueva sin perder su identidad y características, preservando costumbres y modos de vida que ya han desaparecido en otras localidades. Y una oportunidad muy buena para visitar la zona es la Fiesta del Vino País 2016.

(Alejandro Tumayan / todovinos.cl)

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